Acababa de llegar al crucero, supongo que ni yo mismo sabía porque había venido, ya que los barcos no era mi pasión, y por supuesto prefería no montarlos, me gustaban más los aviones, eran más seguros y mucho más rápidos. Suspiré mientras caminaba por la cubierta del barco sin rumbo fijo, viendo lo que sería mi hogar por un largo de tiempo. Me asomé por la borda, con la ilusión de ver algo, algún animal marino, pero no se veía nada.
No sé que me paso que me dio por pensar en Demi, y en el tiempo que no la veía, tenía la sensación de que algo malo pasaba, pero por mucho que intentase ser positivo no me salía, ya que en ocasiones la notaba fría y distante, creo que esa era la razón por la que había venido, para que se aclarase ella, y después me aclarase a mi. Suspiré mientras seguía caminando sin ver a nadie conocido.
Empecé a bajar por unas escaleras, viendo las distintas plazas del crucero, sin duda era grande, y también se esperaba que viniese mucha gente conocida, una buena ocasión para hacer conocidos. Legué al último piso, creo que era la zona de calderas, ya que estaba lleno de máquinas y hacía un calor infernal.